Tocaste mi corazón,
con Tu mano
y quedó herido.
Herido está, de hecho.
Y es tan sutil
y profunda Tu presencia
que nadie la comprende.
Ni la razón, la ciencia,
la fuerza del enamoramiento.
Está allí, transida, fuego
que arde con llama invisible,
fuego que anida sin ser
comprendido. Porque parezco
muerto, inerme, y estoy vivo
mientras menos complazco
mis sentidos.
Agridulces latidos, dolor
inmenso que no urge.
Solo permanece, estático
Abeja descolorida
La vi.
Desgastada. Descolorida.
El círculo poderoso
Persiste.